miércoles, 28 de septiembre de 2011

La melancólica muerte de Chico Ostra, poemario de Tim Burton.






Poemas agrios, ácidos, tiernos y crueles a la vez. Ya conocemos a Tim y su imaginario de personajes infantiles (aunque también los adultos con alma de niño freak entran aquí) Desde chamacos mutilados hasta muñecas vudús, pasando por chicos atacados por osos y niñas que esnifan pegamento, el mundo de este librito está pletórico de la infinita mente weirdo y retorcida de Burton.

El autor nos revela su lado “inspirado” y nos da una muestra más de la tendencia de sus filmes y proyectos realizados. Cabe destacar también que los dibujos son hechos por él mismo. Consíganlo pronto, léanlo ustedes y también a sus hijos, sobrinos o al hijito del vecino.

Y, para muestras, algunos botones:


Ojos de clavo

El niño de ojos de clavo
terminó de montar su árbol
de estaño en un solo día
pero se veía muy raro
pues él mismo no veía.




Lady Alfiletero

Para Lady Alfiletero,
ay, la vida es un coñazo.
Siempre que quiere poner
sobre su trono el trasero
un puntiagudo alfiler
se ensarta más en su bazo.


(pp. 30 y 100)


La melancólica muerte de Chico Ostra
Tim Burton
Editorial Anagrama
Barcelona, 1999.

domingo, 25 de septiembre de 2011

La galería: la morgue de la plástica (y otras artes visuales)



La galería (ya sea en museos, centros culturales, oficiales o no, et al) se ha convertido en un lugar donde predomina un tipo de arte: lineal, repetitivo e insulso. Arte institucionalizado. En la galería abunda el canon, el dogmatismo, la necedad y el cliché. El artista no es más que un re-productor en serie, la obra como un producto más del consumismo sin razón y per se. Productos vacíos que hacen eco de lo nefasto en las paredes de ese espacio mortuorio: una morgue fría y sin oportunidad para la catarsis.
    
Si el diálogo que se establece entre la obra plástica y el espectador, el ente receptor, es en sí un diálogo que se da en silencio, esto no quiere decir que debe ser un acto pasivo, irreflexivo y que entrañe pereza. Al igual que con cualquier otro reactivo del arte, la riqueza de dicho diálogo depende de la inteligencia creativa y de la propuesta del artista. Pero ¿qué se puede esperar si la institución es quien regula los lineamientos para que una obra de arte sea catalogada como tal? ¿Qué se espera si el "artista" entra en dicho juego de manera complaciente? ¿Qué esperar si la galería no es más que un pretexto para regodearse de una intelectualidad inexistente, para pasearse como zombie mirando las (s)obras expuestas con una copa de vino barato en la mano y hablar y hablar sin parar de "arte contemporáneo", de la "plástica contemporánea". Pláticas-desechos que terminan en un gran cesto de basura; y ahí se quedan, ahí se pudren.
    
La propuesta es el giro, la vuelta contundente de tuerca y de hoja a esta situación. La propuesta es el re-planteamiento de lo establecido, tumbar dichos cánones y dogmas. La propuesta se encamina hacia el arte deconstructivo, dándole prioridad a lo lúdico, a lo experimental, a lo marginal, no como pose, sino como vía creativa de escape de un entorno anodino y solapador de artistuchos plásticos mamadores de becas gubernamentales.
     
La ciudad como espacio para la catarsis, las calles, las paredes, los parques, las esquinas. Todo espacio es un espacio para el arte. La confrontación con el espectador para que pueda darse el acto catártico.
     
La propuesta es la deriva, los actos situacionistas, las intervenciones urbanas y, por qué no, a espacios institucionalizados para provocar el cuestionamiento y la inquietud. A sabiendas de lo que acontece en la galería, la propuesta es la irrupción artística que nos re-plantee la reflexión.
     
La propuesta es la deconstrucción de los tópicos del arte, desaprender la manera de hacer arte.
     
Ergo: reconfigurarse o morir con ellos. Estar en la morgue.
 
Antonio Reyes.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Irresoluto



Irresoluto
Quietud de vibración
Conspiración de la imaginación de
lo etéreo, lo etéreo de la
imaginación

remolinos lamiendo el viento

tiempo gastado
lleno de tiempo

el sonido de una explosión en
el espacio sideral 
retumba en el cuarto

Tribulaciones agridulces resbalan en
las paredes mentales
mi semen pulula fosforescente
en tus flujos vaginales
llenos de luz

Brilla una luciérnaga en tu lengua me dijiste
y se despeñó de tu boca un asteroide

Resuella la incertidumbre
Parpadea un miedo latente en los ojos de todos
en los invitados al festín de la destrucción

La quimera repentina
El hoyo negro perenne
que nos consume y nos traga
pronto nos escupirá
terminará por tragarse a sí mismo
desaparecerá, volverá a surgir
para tragarnos de nuevo y en él perdernos

/uróboros mundano/

Nos expandimos en el tormento que estalla
en cámara lenta
por segmentos

En vibraciones nos movemos


Antonio Reyes

Absurdo 1

Esa niña me queda viendo con sus ojos miel y sus mejillas regordetas. Voltea a ver a su mamá. La niña vuelve su mirada una vez más a mi harapienta silueta. Ahora, decidida, entusiasmada, saca un moco de su nariz. Me lo enseña triunfal. Yo muy serio e insolente me introduzco el índice en la fosa nasal derecha. Le muestro, vengativo, también un moco verde y viscoso. Ella es una explosión de risas: destellos de colores caen de su piel.

La niña se ha ido con su madre.

Ha sido lo mejor que me ha pasado en el día.

Antonio Reyes.